sábado, 22 de octubre de 2016

Tocar cuerpos, tocas memorias

Por todos es sabido que las emociones afectan a nuestro cuerpo físico. Existen millones de artículos que nos hablan de la somatización de los estados emocionales negativos prolongados en el tiempo. El estrés es un claro ejemplo. Cuando los niveles de estrés suben, el cuerpo sufre cambios bioquímicos que nos provocan taquicardias, dolores de cabeza, problemas de estómago, úlceras, alteraciones intestinales, de la piel, etc...
Así que de esta forma nos damos cuenta cómo el exterior influye en nuestro interior físico y de cómo podemos enfermar por culpa de no hacer caso de las emociones que mantenemos sin casi darnos cuenta.
El caso es que a veces se llevan en el cuerpo memorias de emociones no resueltas que ni siquiera sabemos.

A veces crees que "escuchando" el cuerpo puedes averiguar qué emociones son las que están ahí. Pero a veces también sucede al revés.
A veces sucede que, sin querer, cuando el terapeuta toca o manipula determinadas zonas de tu cuerpo empiezan a surgir y empiezas a sentir emociones que no esperabas.
Y eso es lo que me ha sucedido a mí misma hace poco. Dicen que "en casa del herrero cuchillo de palo" y, al menos en mi caso, es cierto. Tengo una lesión muy antigua que por no hacerle caso ha creado compensaciones en determinadas zonas de mi cuerpo. Ayer, cuando mi fisioterapeuta me trató una de ellas, conecté con una memoria, con un sentimiento y emoción de desamparo que no sabía que estaba ahí.
Ahora me toca tirar del hilo y empezar a desenredar el "nudo" que mi compañero sacó ayer (sin saberlo). 
Así que le doy gracias porque esto me ha recordado que yo también debo ocuparme de mí. Que el camino no termina para ninguno y que cada piedra que sacas de la mochila sirve para caminar más ligero, más seguro y también con un poco más de Paz en la Vida.

miércoles, 12 de octubre de 2016

El Campo de Escucha

"¿Alguna vez os habéis planteado si sabéis escuchar?
Y no nos referimos a escuchar con las orejas y los oídos. Que también.
No sólo se "escucha" con los sentidos físicos que conocéis. 
Hay mucha más información si se escucha desde otro lugar.
¿Y qué otro lugar? Os preguntaréis...
No sois sólo cuerpo, no sois sólo materia dirigida por una mente pensante y un cerebro.
¿No sabíais esto?
Pues ya es hora de que os vaya sonando que a la materia de la que estáis hechos hay que añadirle un campo. El Campo. Aquello que está irremediablemente ligado a La Unidad.
Es importante saber escuchar desde el Campo porque sólo así se podrá manifestar aquello que espera ser manifestado.
Hasta que lo que espera ser manifestado no salga a la luz, no podrá ser sanado, reparado, transmutado y trascendido.
Por eso es tan importante aprender el Arte de Saber Escuchar-OS."

Cuando descubrí que "escuchaba a los cuerpos"


Ya no recuerdo el día.
Tampoco recuerdo con quién me sucedió por primera vez.
Pero poco a poco empecé a darme cuenta que durante las sesiones mi cuerpo empezaba a sentir algo (dolor, presión, punzadas...) en una zona determinada. Al principio creía que era algo fortuito, algún dolor provocado por la posición. No sabía muy bien qué motivaba aquello porque cuando terminaba de tratar al paciente, esa sensación desaparecía.
Pero como era algo que se repetía, un día me planteé "¿Y si no es mío?¿Y si es del paciente?". Así que casi de manera intuitiva cuando sentía esas sensaciones en mí, iba a esa zona pero en el cuerpo del paciente y colocaba allí las manos. Y entonces descubrí que de pronto... sabía cosas! Llegaban imágenes, o una información, o una palabra. Llegaba ALGO. Y no era mío.
Al principio dudé. Pensé que tal vez eran cosas que me estaba inventando. Que mi mente me la estaba jugando. Y la única manera de saber si me lo inventaba o no era preguntando al paciente por aquello que me llegaba.
Y entonces pregunté. Y... Oh, sorpresa! Coincidía! No salía de mi asombro. ¿Cómo podía ser?
¿Cómo era posible que de pronto yo supiera cosas sobre las emociones enquistadas de aquellas personas que sólo querían tratarse su dolor de espalda, de cuello, de rodilla...?
No entendía... Pero no lo negué ni lo quise apartar. Me parecía TAN útil que me mantuve a la "escucha".
Y un montón de personas me han permitido llegar hasta sus profundidades y poder ayudarles.
A ellos. GRACIAS.

Demasiado poco Vida

He descubierto cuan necesario es el tiempo para uno mismo, para respirar, para relajarse y como no, para meditar. Buscar ese Silencio Sagrado donde habitualmente están todas las respuestas a las preguntas que tenemos y que nos cuestan tanto encontrar.
Hace no demasiadas semanas, tratando a una paciente, observé cómo era su respiración. Su energía era muy baja, estaba agotada, además se medicaba por un tema de ansiedad y el solo hecho de levantarse de la cama le resultaba un mundo imposible de alcanzar. Su respiración era superficial, corta, escasa... Su respiración era la suficiente para no morirse, nada más.
En ese momento me di cuenta de que ciertamente muchos de los pacientes que vienen a consulta (y por ende, mucha población en general) apenas sabe cómo respirar para optimizar la funcionalidad de su organismo. Y en la mayoría de las ocasiones esto es producto de una vida demasiado "desconectada" de sí mismos, demasiado estresada, demasiado rápida. Demasiado poco Vida.

Las huellas de tus memorias


Nunca dejes de lado sucesos o acontecimientos que no fueron agradables o que te hicieron daño.
No procesarlos adecuadamente, enferma.
Es necesario establecer comunicación sincera, respetuosa y verdadera con uno mismo sobre aquello que sucedió. Y luego es necesario establecer comunicación sincera, respetuosa y verdadera con las personas directamente involucradas. Es imposible sanar infiernos personales sin este proceso.
Conseguir llegar a entenderlo y manifestarlo en la palabra sin resentimiento hacia uno mismo y/o hacia los demás es auténticamente sanador.
Si eso no se hace, en tu cuerpo quedarán impresas las huellas de esas memorias. Tus anhelos y emociones más profundas quedarán en algún lugar hasta que te dirijas hacia ellas.
Tu cuerpo es como un libro que contiene tantas páginas como historias tengas que sanar.
Presta atención a esas páginas. Ellas guardan el secreto que tanto buscas.